martes, 25 de mayo de 2021

Disfrutemos del viaje

 Hace un buen tiempo, trabaje para una distribuidora de confitería y productos de consumo diario, trabaje como bodeguero como tres años y como vendedor un año, en ese trabajo había buena paga, pero lo único que era pesado era el horario, se trabajaba de 7:00 am hasta el cierre, que regularmente era entre las 9:00 a las 11:00 de la noche, dependía mucho de la llegada de los vendedores y de los pedidos atrasados, que casi siempre todos se atrasaban, y no hablar de las llegadas, si uno no llegaba a la hora de entrada. 

El jefe era muy exigente con el horario de salida y aun mas para el horario de entrada, para poder irse, no debía haber nadie y para llegar, tenia uno que llegar al menos quince minutos antes, o sea a las 6:45 am.  Para ir al trabajo, siempre me transporte en Moto, pero siempre llegan unos días en que el vehículo falla o tiene que irse uno en bus; esa semana recuerdo que mi moto aparte que se mascaron los dos tubos de ambas llantas, también tuve problema con el arranque y la envié a un servicio total, lamentablemente el mecánico me dijo que se tardaría dos días en darme la dichosa moto, como siempre me he transportado en moto y casi nunca uso el transporte urbano y este detalle me dejaría una gran lección de vida. 

Recuerdo que era un martes, salí de la casa a las 6:35 para tomar el bus, pero ese día no habían muchos y yo, para ser sincero, no conozco mucho sobre las rutas de los buses, al menos en ese entonces; recuerdo que mi trabajo era en la línea, pasaban buses, uno tras otro y no aparecía uno, todos iban a la terminal, en eso apareció un bus grande y el ayudante iba gritando "la línea", pero no leí lo que decía en el vidrio del copiloto, así que me subí y pague el pasaje, a eso eran las 6:50, pero pensé que en lo que llegaban podía explicar el hecho de llegar algo tarde.

En eso, note algo raro en la trayectoria del bus, se fue por la ENCOD, luego bajo por la colonia Rosario y cuando vi estábamos en los tribunales, ya eran las 7:00, cuando leí el bus, decía que en efecto iba a la línea, pero no bajaba por el club tenis, sino que bajaba por el otro lado de los tribunales, y el bus iba con una lentitud, porque a esa hora no hay mucho pasaje.  Al ver lo que ocurría, me sentí un tanto desesperado y me empecé a molestar, miraba mi reloj y ya eran las 7:10, me preocupe y miraba al resto de la gente y miraba en panorama, totalmente desconsolado, molesto y con ganas de matar al mecánico que tenía mi moto.

Hubo un momento que me senté en mi lugar, y vi como iba saliendo el sol y me puse a meditar un momento y dije:

"de que me sirve enojarme con el mecánico, si él hace su trabajo como puede y si deseo algo bueno debo dar tiempo al tiempo, de que me sirve enojarme ahorita, si enojándome no hago que el chofer se apure a conducir, y aunque le diga algo, no es problema de él, que yo me haya confundido de bus por no saber, igual de que me sirve ver la hora a cada segundo, si con eso no detengo el tiempo, ni tampoco lo acelero, solo me irrito, me molesto y enojo por gusto y pura gana, mejor disfruto del viaje, de la vista y de la gente; al final este viaje va terminar a donde voy y de llegar tiene" 

Al meditar eso, me senté y el bus iba ya por Trigales, eran las 7:20; siguió el bus, y llegue a la linea las 7:30, me baje me fui caminando tranquilo y toque el portón, en eso salió el conserje, me abrió el portón y al entrar le dije:

 - ¿Que tal don Ovidio, ya vino don Paco? 

 y me dijo:  

 - No Julito, don Paco agarro furia, todos lo andan buscando...  

y le dije: 

 - Ah! bueno, es que mire la hora que es y a la que vengo y los muchachos no pueden recargar de última hora... 

 Me interrumpió:  

 - Julito, ya le dije todos lo están buscando, mejor vaya a tomarse un café y vaya a trabajar, no tenga pena no voy a decir nada, vaya a la bodega si quiere.

Al ir a mi puesto, puse al día todo, todo como lo solía hacer y cerraron la bodega a medio día, mi jefe no apareció en 2 días, lo localizaron en la costa e iniciamos labores el jueves, durante esos días, me puse a pensar: 

"Nuevamente, de que me servía molestarme conmigo mismo o con mi entorno, si eso no solucionaba nada; solo me quedo en su momento disfrutar el viaje, porque al final, las energías se deben guardar para el momento crítico de enfrentar una situación, o como dicen por ahí, prepararse para lo peor, cuando al final; no es tan difícil y caótica la cosa". 

Con esto aprendí que... 

No importa la situación en la que estemos o en la que Dios nos ponga, debemos disfrutar del viaje, de la situación, de la compañía o soledad, de todo eso; nada más que... disfrutar del viaje. 

Importante es la serenidad y madurez en cualquier situación de la vida, el hecho que uno muestre serenidad, madurez y tranquilidad, no siempre significa que algo no valga la pena, sino que hay cosas diferentes al final del camino, que las que se ven en el camino de ida o vuelta.

No hay comentarios: