Hace un buen tiempo hablaba con un ex-compañero de trabajo y ahora gran amigo Horacio, del cual andábamos hablando y pelando cosas de personajes de los lugares donde habíamos trabajado, y es que resulta que, el tiempo y las experiencias como que nos van dando un “derecho de edad y experiencia” de hablar de las decisiones de los demás.
Entre nuestra charla surgieron varios personajes, unos con buenas y otros con malas decisiones, en eso resulto que hablamos de quien fue nuestro jefe; ya que para ese entonces que hablamos de el, habíamos coincidido que lo habíamos visto con una “patoja” y no con su señora, y estamos hablando de alguien en su momento de mas de 70 años claro y seguramente al mencionar esto muchos supondremos que surgen amores interesados y otros amores pagados, usted saque sus conclusiones. El punto fue que, al hablar de eso nos reímos un buen rato y al “darnos pena ajena” me interrumpe mi amigo diciéndome una frase que… me hizo pensar en el camino recorrido y en el que me toca por recorrer y fue: “Pero mira cerote, no nos riamos de a donde vamos a parar porque nos reímos de un espejo cerote, ahí vamos a estar haciendo las mismas cagadas”. Me quede callado un buen rato después de lo que me dijo y riéndome le dije: “Ahhh puta cierto vos, uno dice cosas de patojo o de adolescente que dice uno que no va a hacer y ahí va de trompa uno a hacerlas”, recordé una frase que entre burlas y sarcasmos decíamos mucho con un amigo de un grupo de iglesia que conocí, que hoy descansa ya en paz, mi buen amigo Luis, dicha frase la decíamos en tono burlesco cuando alguien nos decía que no haría algo, especialmente en temas de relaciones sentimentales y era: “No digas de esa agua no he de beber, porque hasta nadando en ella y haciendo gárgaras paran”; finalizando la frase con carcajadas sabiendo que era lo que iba a pasar.
Después de esa amena, sarcástica y muy burlesca charla me quede pensando y como si hubiera descubierto una gran verdad, le di un recorrido a la vida misma que había tenido recordando esos momentos de risa de alguna acción de un mayor a mi edad o algún contemporáneo en la cual luego pare inmerso y simplemente ¡me sorprendí, seguido de una carcajada de mi misma existencia!
Por un lado recordé esas cosas que dices en tu adolescencia que no vas a hacer en temas sentimentales que no harías como andar con alguien que estuvo casada, con hijos o ser “el otro o de desquite”, cuando ese tipo de cosas se hacen y se hacen con ganas y gusto porque se ven como retos, de ahí que me salia la carcajada claro.
O por otro lado en temas laborales, en donde uno cree que sera el dueño del mundo a la primera, como ese tan preciado trabajo de pocas horas de trabajo, jefe y ganando muy bien o con ese tan deseado titulo el cual pondría a todos a tus pies y harías poco y ganarías mucho mas que con el aquel tan preciado trabajo, riéndome de mi mismo recordando trabajos preciados de 12 horas o mas porque ni tenia titulo, ganando poco porque era muy patojo y no tener experiencia para luego pasar al sobre calificado que no te daban el chance porque ya le habías puesto el tan preciado “titulo que anteponía tu nombre”, riéndome ¿entonces que procedía?, a hacer aquello que decíamos que no haríamos o eso de lo que nos reíamos de los demás, de ese contemporáneo o de ese mayor que yo.
Y es que eso es lo bonito y lo feo de la vida, depende de la perspectiva de cada quien, no sabes donde te va poner y también piensas ¿sera que es mi boca la que me pone en estas situaciones contradictorias o es la misma vida la cual necesita darme alguna lección importante?; usted que visita este blog que tenia buen tiempo de no dedicarle uno que otro párrafo responda a usted mismo, porque pueda que nos riamos uno del otro y paremos en no se donde (lo escribo riéndome otra vez, porque con esta vida no se sabe).
Tiempo después, aun pensativo con eso me toco escuchar a algunos de mis estudiantes en algunas de sus exposiciones, charlas casuales o buscando un consejo en donde nuevamente aparecía este curioso sentimiento, a lo cual siempre les comentaba o les decía eso mismo que había surgido en esa charla con mi amigo “no se ria o critique de a donde va”; y pues como es normal en la juventud que tiene una vista un tanto miope sobre las señales de la vida y el como se comporta el ser humano, se deja pasar y eso esta bien, pero también hay casos que pasados algunos años te los vuelves a topar y que resulta que con esa misma risa que me reía de mi mismo, aparecen diciéndome: “Adivine a que me dedico ahora” y era a aquello que no, y volvemos al principio que es reír, pero una risa madura porque es “una risa de uno mismo”.
Y es que así es la vida y el tiempo, ¿o sera Dios?, ¡realmente, no lo se!, ¿o tal vez son todos juntos?, el punto es que, pueda ser que haya algo dentro de nosotros que conecte con nuestro exterior y al ver lo que pasa con una persona, esa “risa y/o critica” sea una forma de negación o decir que no vamos a hacer eso o parar dedicándonos o haciendo eso, porque ciertamente, y como lo decía mi buen amigo, nos reímos de “a donde vamos a parar cerote”.
![]() |
No hay comentarios:
Publicar un comentario