Para muchas personas no es de gran novedad que periódicamente viaje a Oriente, especialmente visitando a la familia o algunos amigos como Chiquimula o Esquipulas, lugares que aparte de ser de un clima muy cálido, también tienen personas con una cultura y con una forma de ser muy especial, siempre el ir viajando va abriendo mas la mente y tomando puntos de vista distintos a los que uno puede tener o captar en un mismo entorno, pero en esta ocasión fue uno de esos viajes de cambio de actividades, de tirar todo al carajo por unos días y de recargar baterías con vistas, personas y experiencias diferentes.
Precisamente hablando de experiencias y también incluyo las historias, recuerdo que en medio de ese calor de Semana Santa, entre peregrinos, devociones, tradiciones y cultura combinada entre diferentes nacionalidades, llamo mi atención un cuadro muy particular en una de las pocas calles principales de Esquipulas: "Personas agrupadas alrededor de un cuerpo baleado", ya que para muchos no es novedad este tipo de cuadros públicos, ya que Oriente se ha caracterizado por ser un sector del país un tanto "brincon" y que raramente se utilizan los puños y mas se usan las armas para arreglar un problema, pues un cuadro de estos es muy común por allá, me causa mucha gracia cuando existen personas que creen que es una "Tierra Santa" o "Tierra de Dios" (me guarde), porque la verdad, es muy común ese tipo de cuadros por allá.
Luego de recorrer parte del lugar para guardar mis cosas e instalarme, me quede con la duda sobre lo que tuve oportunidad de medio ver en la calle, que por cierto, aun continuaba la escena en el lugar, decidí ir a comer algo, eran alrededor de las dos y media de la tarde y fui a los comedores de los alrededores de la basílica, camino para el comedor podía sentirse un clima emocional bastante fuerte o por decirlo de otra forma, especial y diferente a lo que ocurre normalmente en Esquipulas cuando hay un muerto, al llegar al comedor de confianza, solicite algo de comer, lo de siempre y lo del día. Al servirme la encargada la comida y concentrando la mirada en el ambiente de va y ven de personas, le comente a la señora del comedor lo que vi en la entrada, a lo cual me comento la historia y la razón por la cual la policía no levantaba el cuerpo, seguido de un suspiro que me denoto hueva y pena, me comento lo siguiente:
... existe en el lugar una pareja muy trabajadora, que desde muy jóvenes tuvieron el sueño de poner tiendas estilo despensas, pero en su momento no tenían los recursos, así que decidieron luchar y empezaron como muchos "chicleros" con sus canastas que luego fueron cajas de madera y que luego ya fueron pequeños cuartos hasta convertirse en locales comerciales alquilados y luego propios, la pareja lucho mucho y tuvieron dos hijos, una hija y un hijo, pero como es de a veces ocurrir, mucha gente tiene sus medios económicos pero los hijos no valoran que esos medios tienen un costo y es el trabajo, el hijo decidió dejar de estudiar y buscar un trabajo para hacer su propia fortuna, ya que el problema con el padre era que siempre quería dinero, pero no quería trabajar. El muchacho consiguió un trabajo pero no comento nada y ciertamente le empezó a ir bien, dejo estudios e inclusive se fue de su casa, obtuvo ropa de marca, traidas y carro del año, pero su trabajo requería que desapareciera por cierto tiempo; como Esquipulas es pequeño llego a oídos del padre que el hijo estaba trabajando cobrando cuentas pendientes de un distribuidor de estupefacientes, al saber esto el padre hablo con el hijo y le dijo: "Acá conmigo temes dinero, solo temes que trabajar de manera honrada y el dinero es tuyo, ayúdame y trabajemos juntos"; pero el hijo no contesto, al ver esto el padre le dijo: "Si un día te pasa algo, no esperes que vaya ayudarte ni mucho menos a ser amable con vos", como es típico los hijos no quieren seguir los pasos del progenitor. Paso el tiempo, le fue bien económicamente pero cada vez era mas difícil cobrar y llego el día, entro a un tienda a cobrar y lo plomearon.
Luego de escuchar la historia, masticando la carne adobada con el arroz y tortilla, di un trago y en medio de un silencio que encerraba meditación y deducción, le di un trago a mi gaseosa y pensé: "El padre no ha ido a reconocer el cuerpo, por eso no lo pueden levantar... ¡pero!... ¿se iria como XX?", le dije lo meditado a la cocinera y asintió, dando crédito a mi pensar e inclusive asustándose por el comentario de que se lo llevaran como XX, luego de escuchar suposiciones entre los que estábamos ahí comiendo me levante, pague y me fui a buscar a mi hermano, el cual no había tenido el gusto de saludar.
Al salir en la búsqueda de mi hermano y aprovechar en comprar algo por el calor, volví a pasar por la calle principal donde estaba dicho escenario pero esta vez y al parecer para comprobar mi teoría, aparece la madre del muchacho que entre llantos y una impotencia invisible, solo miraba de lejos el cuerpo, pero no se acercaba ni a reconocerlo ni mucho menos a tocarlo, lo lloraba a lo lejos, al irme acercando, puesto que también por ahí estaba quien vendía las granizadas, me quede pensando en las decisiones que muchos de nosotros como hijos tomamos y que muchas veces algunas de ellas no tienen rumbo, interrumpe mi rápida meditación un sujeto alto, de tez blanca y lentes oscuros, ¡era el padre!, al verlo y al recordar la historia me dije: "va ser típico que se rompa en llanto, grite ¡¿porque?! y se lo lleven" y luego de un silencio que llamo mas a curiosos, pude notar un gesto de "desprecio" hacia el cuerpo que yacía a sus pies, y nuevamente luego de un incomodo silencio el hombre se pone a llorar, abriendo las piernas como que preparándose para dar una patada de tiro de esquina, lanza sin piedad un sin número de patadas al cuerpo del hijo, levantando polvo y dudas, a cada patada se escuchaban lamentos como: ¡TE LO DIJE!, ¡HIJO DE LA GRAN PUTA!, ¡MAL HIJO!, ¡SIEMPRE TE LO DIJE!, ¡HUEVON, ACOMODADO!, a cada exclamación una o dos patadas. Luego de una sesión de patadas, habla con el oficial, le da los datos y se va; según cuentan, al velorio y entierro el padre no asistió, siguió su vida trabajando y que dicen que siempre que se le recuerda lo ocurrido, siempre llora, pero es un llanto de cólera e impotencia por la mala decisión que su hijo tomo.
Muchas veces ocurre que como hijos, nos gusta imponer nuestra teoría o nuestra formula de vida, que algunos casos puede o suele funcionar dependiendo de a dónde queremos ir o que camino recorrer puede que nuestros padres hayan pasado por ese camino y nosotros no lo sepamos, simplemente pensemos que el camino es nuevo y que exploraremos algo que nadie ha explorado o vivido, pero resulta que no siempre es así, me hace recordar lo que leí en un carné de un retiro evangélico cristiano al que fui en el que decía: "El corazón del hombre planea su camino, pero es Dios quien endereza su camino".
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